Cuando te conviertes en mamá, encontrar un espacio que sea para ti o para hacer las cosas que necesitas se vuelve todo un desafío. Yo por ejemplo dedico gran parte del día a estar con mi hijo que está próximo a cumplir el año de vida. Juego con él, lo ayudo a caminar porque él todavía está aprendiendo, le enseño cosas y lo observo en todo momento porque a esta edad… ustedes me entienden.

La verdad es que hacer todas estas cosas me encanta, amo pasar tiempo con mi guagua, no cambiaría por nada este privilegio de pasar hartas horas junto a él, aunque eso implique que tenga que estar haciendo con una mano una cosa y con la otra otra, porque de alguna forma hay que arreglarselas ¿o no? Sin embargo creo que a veces se vuelve muy necesario contar con un momento sólo para nosotras y así recargar energías haciendo esas cosas que nos gustan como leer, ver un capítulo de una serie, comer sin pausas, salir, cocinar, trabajar, etc.

Para encontrar esos momentos en los que puedo trabajar o hacer las cosas que necesito o que me gustan, tengo dos aspectos claves que a mi me han funcionado: el primero es establecer rutinas y el segundo es aceptar y pedir ayuda.

Establecer rutinas.

Seamos sinceras, el tiempo que tenemos para nosotras es escaso en relación a todo lo que hay que hacer ¿verdad? es como ¿cómo hacer en un par de horas todo lo que necesitas hacer en el día? En mi caso yo aprovecho las siestas de mi hijo que son de alrededor dos horas ( a veces ha dormido hasta tres) y luego en la noche mientras el duerme, también tengo otro ratito libre, aunque claro, muchas veces me quedo dormida con él.

Pero para sacarle provecho a esto para mi ha sido relevante tener una rutina diaria para ambos, lo cual a la vez ha sido súper beneficioso, porque puedo organizar mejor mi día, además a mi hijo también le ha hecho muy bien.

Se que hay algunas mamás que no siguen rutinas diarias, más bien prefieren seguir el día de forma más espontanea y esto les ha dado muy buenos resultados y se ha acomodado muy bien a sus necesidades. Sin embargo yo siempre he sido de ese tipo de personas que necesitan tener algo de planificación sino ufff, locura. No me gusta empezar el día y no saber dónde termina, no por lo menos ahora que tengo a mi hijo jaja.

Pero no crean que siempre tuve una rutina. Al comienzo claramente era imposible porque los recién nacidos tienen sus propios tiempos y estos hay que respetarlos. Y luego cuando ya mi bebé estaba un poquito más grande me costó hacerle la rutina porque a él no parecían acomodarle, por ejemplo le costaba mucho dormir a la misma hora siempre. Por esa razón yo fui muy de a poco y sin presiones haciendo los hábitos, hasta que por fin alrededor de los 9 meses adoptó mejor la dinámica del día. Esto no quiere decir que de vez en cuando no nos salgamos de horario o que si tenemos ganas de comer snacks saludables no lo hagamos. Pero por lo general tenemos horarios de comida, de baño y de sueño que se dan de forma muy natural ahora.

Aceptar y pedir ayuda.

La ayuda es maravillosa cuando la necesitamos.

Se que hay mamás que no tienen la posibilidad de recibir ayuda para cuidar a sus bebés por diferentes razones, generalmente porque gran parte de la familia trabaja o estudia. Pero mientras nos ofrezcan la ayuda, acéptenla porque hace bien.

En mi caso tengo la fortuna de que mi mamá vea a mi hijo un ratito en la mañana y así yo puedo trabajar y hacer un par de cosas más. Esto realmente me ha alivianado mucho la carga y lo agradezco porque además proviene de una persona que ama a mi hijo tanto como yo, lo que es también un punto importante, acepten esa ayuda cuando provenga de personas que amen a sus hijos, personas en las que ustedes puedan confiar.

Pero no sólo en el sentido de cuidar a nuestras guaguas pueden aceptar o pedir la ayuda, sino que también puede ser para hacer eso que ustedes no pueden, por ejemplo las cosas de la casa, organizar algún evento, hacer un trámite, hacer las compras, etc. Muchas son las cosas que podemos delegar, delegar funciones es una buena forma de administrar nuestro tiempo.

Somos mamás, amamos pasar tiempo con nuestros hijos y tener este trabajo tan maravilloso que se nos ha encomendado, sin embargo a veces es necesario tener un ratito exclusivo o en el que nos puedan echar una mano para recargar energías o para sacarnos algunas cargas pesadas de los hombros.

¿Ustedes como consiguen ese tiempo?

¡Cariños a todas!

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