MeliTorres

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¡Bienvenidos 31!

El domingo 06 de septiembre pasado, en medio de una pandemia mundial, llegué a mis 31 años y los celebré como la contingencia lo ameritaba, con un almuerzo en casa de mi hermana que por cierto vive en mi mismo condominio, rodeada de mucho amor y con mascarilla puesta gran parte del día.

Sinceramente no pensé que mi cumpleaños llegaría en medio de todo este desorden mundial que vivimos hoy en día. Creo que de alguna forma tenía esperanza de que todo iba a avanzar un poco más rápido y que llegado septiembre ya estaríamos preparados al menos para reunirnos con más personas en casa, sin embargo no pude hacerlo y, pese a que estuve con una pequeña parte de mi familia, marido y mi hijo, aún me faltaron personas que adoro como mi hermano, mis padres, familia y amigos.

A decir verdad nunca he sido de celebrar mi cumpleaños en forma grande o de invitar a muchas personas. Estoy acostumbrada a las celebraciones sencillas y con poca gente. No se porque, pero siempre la he pasado muy bien así. De hecho creo que sólo tres veces he celebrado mi cumpleaños de forma diferente a como acostumbro a hacerlo. La primera fue cuando cumplí 5 años y mis papás se esmeraron en hacerme “LA fiesta de cumpleaños¨, en la que invitaron a muchos amigos y amigas, decoraron casi la casa completa con globos, serpentinas y guirnaldas, y a mi me vistieron con un vestido de princesa maravilloso y una corona de reina. La segunda vez fue cuando cumplí 15 años y armé una fiesta con luces y música con una amiga que cumple años un día antes que yo. Por último la tercera fue una junta que armé fuera de casa con unos amigos y compañeros de la universidad. Fuera de estas ocasiones, mis celebraciones han sido bastante prácticas en familia y sinceramente ese estilo es el que más me gusta por lejos.

Por otro lado, si bien me gustan las celebraciones simples, debo reconocer que si hay algo que me encanta en mi cumpleaños es vestirme para la ocasión, ya saben… después de convertirnos en mamá muchas de nosotras comenzamos a optar por outfits cómodos y sin mucho esfuerzo para el día a día, así que me emociona la idea de arreglarme y brillar para las fechas especiales. Por ello para mi cumpleaños número 31 usé una blusa popelín de mangas abullonadas de Zara, un jeans blanco de Foster y unas zapatillas para mantener la comodidad.

En fin, el domingo pasado mi hermana me preparó un almuerzo con una lazaña realmente exquisita de la famosa Trattoria Bramasole, lugar que se encuentra entre los mejores restaurantes de comida italiana en Santiago. Pueden visitar su página aquí.

Luego cantamos cumpleaños feliz sobre un kuchen maravilloso que mandamos a hacer con nuestra vecina Nadia que hace cosas deliciosas (visita su instagram aquí), y más tarde fuimos a la plaza del condominio con los niños y nuestras mascarillas puestas, para terminar cantando nuevamente, esta vez junto a otras personitas importantes a través de video llamada.

¿Por qué un kuchen y no una torta? Bueno en mi familia mi papá cumple años dos días antes que yo y mi sobrina por su parte, dos días después que yo, por lo que había que variar si no queríamos comer torta una semana completa. Aunque esto no sería tan terrible para mi creo.

Sin embargo no sólo estos detalles fueron los que hicieron de mi día algo especial, sino que también el hecho de haber recibido tantas llamadas, mensajes y saludos que me hicieron sentir realmente querida y apreciada. Sin duda eso me hizo sentir bendecida.

¿Qué más puedo decir? Mi día fue perfecto y me siento inmensamente agradecida de haber podido celebrar un año más de vida rodeada de tanto amor.

Creo que llegar a los 31 fue algo muy agradable. Sin duda tengo muchas cosas que suman en mi vida en las diferentes áreas y eso hace que este periodo esté siendo realmente entretenido y satisfactorio.

Así es, cumplí 31, la etapa perfecta para aplicarse sagradamente las cremas antiarrugas cada noche (que bueno que recibí una de regalo) y para agradecer todo lo que se nos da sin ponernos exigente o exquisitos, ya que absolutamente todo es un regalo y no una obligación.

Gracias a todos quienes me hicieron feliz y me sacaron una sonrisa ese día. Que esa felicidad se les devuelva.