Breastfeeding week 2020: Mi experiencia con la lactancia

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Esta semana se celebra la semana de la lactancia o breastfeeding week y en honor a ella quise escribir este post contándoles un poco cómo ha sido mi experiencia amamantando por dos años.

La verdad es que cuando inicié este proceso de lactancia junto a mi hijo, no tenía idea de lo sacrificado que iba a ser, ni tampoco tenía los conocimientos necesarios para hacer de este proceso algo más tranquilizador para ambos, al contrario fue un inicio muy dificil, a veces quizás un poco tormentoso, porque pese a las muchas conversaciones que tuve con mi mamá antes de que Benjamin naciera, aún yo no sabía nada de como abordar la lactancia desde un comienzo, y lo único que sabía era que probablemente iba a ser dificil porque así había sido para otras mujeres también.

Hoy me doy cuenta que si bien la lactancia nunca va a ser un proceso fácil para ninguna mamá, puede llevarse mejor si existe un conocimiento profunfo del tema, si existe mejor y mayor asesoriamiento y si somos capaces de no dejarnos llevar 100% por otras experiencias, o por lo que nos dicen muchas veces en las clínicas, dónde me van a disculpar pero la asesoria en esta materia es practicamente nula, y lo único que hacen en muchas partes es decirte que tu hijo necesitará relleno.

Al menos así fue conmigo. Recuerdo muy bien cuando pese a mis intentos, mi hijo no lograba agarrarse al pecho y se quedaba dormido cada vez que yo lo intentaba amamantar. Ahí entonces venía una de las muchas enfermeras o auxiliares y hacía lo suyo, desabrigándolo diciendo que si sentía calor el bebé, nunca tomaría pecho, moviéndole las mejillas para estimular la succión. Muchas cosas que yo creo que si tuviera un segundo bebé no aceptaría.

Entonces luego de algunos días intentando amamantar sin éxito, me dijeron dos cosas que nunca se me olvidaron. La primera fue “tienes poca leche” algo que me dijo una doctora que me revisó un día, dado que yo le plantee mi inquietud con la lactancia. Misma doctora que sorprendí después cuando le dije al tiempo que yo aún le daba pecho a mi hijo. Y la segunda fue la tan temida frase “su hijo necesita relleno porque ha bajado más del 10% del peso inicial” y uno ante la falta de conocimiento y experiencia prefiere acatar. Sin embargo , y como yo soy muy porfiada, insistí pese a estarle dando relleno a mi hijo, y que pese a eso mismo él comenzó a rechazarme el pecho, sin embargo yo no iba a permitir que mi lactancia terminara de forma precipitada y sin mi consentimiento.

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Ahí fue cuando inicié una cruzada de lactancia, siguiendo mi instinto de una manera increíble y leyendo y escuchando un poco experiencias de otras mamás e informándome sobre las técnicas de lactancia propicias para mi caso, ya que cada mamá y bebé son un mundo.

Así alredor del mes de vida de Benjamín llegó una asesora de lactancia que me ayudó con las posturas, y con la conocida técnica de relactación. Nada de esto era fácil, requería de mucho empeño, mucho esfuerzo, tal vez muchas lágrimas porque a veces era frustrante, y pensaba que era culpa mía. Creo que emocionalmente fue un proceso muy duro donde la autoestima como mujer y madre baja de forma abrupta. Pero ahí estaba yo, día y noche intentando que mi hijo se agarrara al pecho, y si no era posible me sacaba leche como fuera, en un comienzo de forma manual, luego con sacaleche eléctrico.

Así fue como muy de a poco logré que el Benja se reencantara de la “tetita” , pero no les miento que fue muy doloroso tanto física como psicológicamente porque también por el motivo que fuera, se me hicieron algunas heridas de pezón y cada vez que amamantaba era un dolor que sólo una madre que haya pasado por lo mismo conoce.

La gran satisfacción es que logré amamantar a mi hijo hasta el día de hoy. El dolor físico obviamente pasó porque no dura más de 2 o 3 meses. Al menos a mi a los 2 meses ya se me había quitado gran parte del dolor y amamantar se comenzó a volver algo que nos transmitía paz a ambos.

Hoy amo sentir que todo este proceso fue una decisión completamente mía y amo sentir que fue una buena decisión. Finalmente eso es lo más importante para una mamá, que nadie te diga lo que tu tienes o no tienes que hacer, cuando sabes que aquello es por un beneficio de tu hijo y tuyo. Que nadie te coarte la lactancia porque al final verás los frutos.

Hoy Benjamín tiene 2 años y amo aún amamantarlo, y amo aún producir esa leche que una vez me dijeron que era poca.

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Es real que en algún momento entre los 6 meses y el año y medio quizás, fue un proceso muy desgastante sobretodo en las noches porque él despertaba varias veces pidiéndome pecho y eso obviamente afectaba mi sueño, sin embargo las tomas van disminuyendo, y ya a estas alturas duermo practicamente toda la noche.

Quizás algún día cuando tenga otro bebé (en el caso de que lo tuviera), la experiencia va a ser totalmente distinta y creo que la voy a amar tanto como esta, porque finalmente toda experiencia se transforma en fortaleza y aprendizaje.

Si tu serás mamá prontamente o lo fuiste hace poco por primera vez como yo, entonces los únicos consejos que tengo para ti son los siguientes:

1.- Se muy paciente y persistente: Si hay algo que aprendí es que la lactancia es un proceso que requiere tiempo y en el que sólo tienes que persistir para lograr el objetivo de amamantar. En un comienzo nunca es fácil y esto puede afectar, pero si insistes lo lograrás.

2.- Intentalo cada día, a cada hora: Esto es crucial, ya que para lograrlo debes ser muy constante.

3.- Intenta mantener el ánimo: Es dificil lo se, pero es importante ser positiva y mantener el ánimo arriba, tratando de apoyarse en los más cercanos, conversando con otras mujeres que te puedan ayudar y distrayéndose a diario con algunas cosas que te gusten, para que así no estés todo el día pensando en el “no puedo”.

4.- Apóyate de otras mamás y asesorate si es necesario: Es muy importante siempre tener una red de apoyo compuesta por otras mujeres madres y expertas que puedan guiarte, aconsejarte, animarte y enseñarte en este camino. Hoy si bien es dificil que esto sea de forma presencial debido a la situación sanitaria que estamos viviendo, existen medios de conectarte con estas personas, y así recibir el apoyo que necesitas.

5.- No te decepciones si tu hijo rechaza, no se agarra o te dicen que tienes poca leche como a mi, sigue adelante, porque creeme, no eres tu, es simplemente un proceso que tarde o temprano tendrá sus frutos.

6.- Ante el dolor: Existen muchos productos naturales que te pueden ayudar como por ejemplo la lanolina que a mi me ayudo. Sin embargo debes saber que muchas veces este dolor nunca se pasará del todo hasta que por fin tu y tu bebé se hayan adaptado mejor a la experiencia. Al menos para mi fueron 3 o 4 meses hasta que por fin sentí que estaba firme en esto de la lactancia.

Algunas personas le atribuyen el dolor a la mala técnica de agarre que le permitimos al bebé al comienzo. La verdad es que puede que sea así, como también pueden ser otras razones. Lo importante es que si te duele, más allá de que debiera o ni doler, ese dolor pasará con el transcurso de las semanas.

Por otro lado, a las que ya pasaron esta etapa y al día de hoy siguen amamantando, sólo me queda decirles ¡muchas felicidades! y no se angustien si están en el proceso de destete. Este también imagino que debe ser un proceso duro, pero en algún minuto tendrá su fin, ojalá de forma natural, ¡ánimo!

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