Diario de una mamá: Breastfeeding, mi experiencia con la lactancia

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Hace tiempo que tenía ganas de hacer un post sobre la lactancia materna por todo lo que ha significado para mí este tema y por la relevancia que tiene. Sin embargo no fue hasta hace poco que me decidí a escribir mi experiencia personal con ella, dado que algunas personas me habían estado preguntando cómo había sido mi proceso, motivándome definitivamente a compartirlo en el blog como una forma de ayudar a otras mamás, a pesar de que cada cuerpo, cada mujer y cada bebé es distinto, por lo que la experiencia será única para cada una.

Importancia de la lactancia materna.

Bien sabemos que alimentar al bebé a través de la lactancia materna es extremadamente beneficioso no sólo para él, sino que también para la madre. Por esta razón se dice que la lactancia materna es alimento y medicina a la vez.

En relación a esto la OMS señala que la leche materna es ideal para los recién nacidos, pues les aporta los nutrientes necesarios para que se desarrollen adecuada y sanamente. Además al ser inocua jamás lo afectará físicamente y al contener anticuerpos lo ayudarán a protegerse de enfermedades frecuentes como la diarrea y la neumonía, que son las dos causas principales de mortalidad infantil en todo el mundo.

Con respecto a los beneficios para la madre esta organización señala que reduce el cáncer de mama y ovario y ayuda a recuperar el peso anterior al embarazo.

Por otro lado también se habla de beneficios psicológicos de la lactancia. Algunos de ellos son:

  1. Ayuda a liberar endorfinas, prolactina y oxitocina, las que generan una sensación de bienestar, reduciendo a su vez la ansiedad y el estrés emocional.

  2. Promueve la autoestima de la mujer.

  3. Reduce el riesgo de depresión postparto.

  4. Fortalece el vínculo emocional entre la madre y el bebé.

Mi experiencia.

La lactancia materna es un proceso natural, perfecto y maravilloso que muchas mujeres podemos experimentar una vez que nos convertimos en madres, sin embargo muchas veces esta experiencia no resulta ser tan fácil como una quisiera.

De todo el proceso de convertirme en madre, la lactancia fue lo que más me costó iniciar y sobrellevar una vez que mi hijo nació.

Iniciarla no fue fácil, el bebé se dormía en el pecho y no mostraba ningún interés por tomar leche. Las matronas y auxiliares de la clínica parecían turnarse unas a otras para decirme que debía insistir, que debía darle 15 minutos de un pecho y 15 del otro, que lo despertara, que le moviera las mejillas para estimularlo, que le sacara la ropa para que no le diera calor y así decidiera tomar, aunque nada de eso sirviera porque mi hijo se seguía resistiendo, el prefería dormir mientras yo me cuestionaba si dejarlo descansar o hacerle caso a los horarios.

Llegué a cuestionar todo, desde el parto normal inducido con oxitocina, hasta el “suerito” que le habían dado a mí bebé la primera noche. Todo parecía relacionarse con una lactancia difícil.

A la casa me enviaron con una receta para comprar leche de fórmula (relleno), mi bebé había bajado casi el 10% de su peso inicial y debía recuperarlo. Eso me molestaba, yo rechazaba el tener que darle leche artificial a mi hijo, me producía terror la idea de abandonar la lactancia tempranamente a causa de la fórmula, entonces comencé una cruzada de leche materna, tenía que aumentar mi producción y para ello amamantar a mi bebé todo el día si era necesario, aunque en ocasiones tuve que darle formula porque mi lactancia se complicaba y porque una vez que la conseguía, después de tomar él seguía con señales de hambre.

El acople fue otro aspecto difícil, yo estaba decidida a amamantar, pero mi bebé no se acoplaba al pecho. Con paciencia lo intentaba, lo intentaba y lo volvía a intentar, pero muchas veces nada funcionaba y el momento se transformaba en un caos de doble llanto, el de mi hijo y el mío. Pese a eso, para mí darle el pecho a mi hijo era lo más importante y estaba decidida y absolutamente convencida de que eso era lo que quería hacer. Sin embargo había momentos duros, momentos en los que pensaba que no iba a resultar, que veía en mi futuro un destete temprano y me sentía culpable. Entonces ante la situación contacté a una asesora de lactancia y ella me ayudó mucho. Utilizó técnicas para dar el pecho que iban desde cambiar la posición del bebé a una que le fuera más cómoda, hasta la técnica de sonda al pecho o al dedo, que en un próximo post se las comentaré porque a mí en su momento me salvó.

Con las técnicas entregadas la lactancia se hizo un poco más fácil, aunque siempre era un avance y un retroceso. Habían días mejores, días en que mi bebé se acoplaba bien, días en que tomaba del pecho, pero también habían días complicados, días en que parecía que el marcador volvía a cero.

Finalmente el acople mejoró, sin embargo para llegar a eso tuve que pasar muchos momentos de angustia. No era fácil lidiar con la frustración que me producía el que mí hijo rechazara mi pecho y prefiriera la mamadera, que claramente era mucho más fácil para él, aunque yo le tenía una mamadera de medela, especial para que el bebé succione casi con la misma fuerza con la que succiona el pecho.

Por otro lado había otra prueba por superar, el dolor de la lactancia, y es que amamantar duele, por lo menos para muchas mujeres es así, a algunas les duele más, a otras menos, pero creo que a todas nos pasa en cierta forma. En mi caso dolió bastante, al punto de ni siquiera caminar 100% erguida porque el roce de la ropa era un tema. La buena noticia es que es un dolor momentáneo, dura sólo hasta el tercer o cuarto mes, de ahí para adelante dar el pecho se disfruta porque es un momento hermoso de conexión y apego con tu bebé que si eres madre lo entiendes bien. Además es un dolor que se soporta y se compensa con la alegría que produce el saber que estás alimentando a tu bebé y que estás fomentando fuertemente el apego entre ambos.

Mi lactancia en la actualidad.

Me siento feliz de poder decirles que mi lactancia hasta el día de hoy es exitosa, pese a los obstáculos y a las complicaciones, sin embargo debo aclarar que mi lactancia no es exclusiva sino que mixta, (pecho y leche de fórmula). La verdad es que me hubiese encantado decirles que mi hijo no tuvo la necesidad de seguir con el relleno, pero a medida que lo iba amamantando tuve que ir complementando con este tipo de leche.

Ya sabrán que esto no fue mi decisión, pero las condiciones se dieron así y al día de hoy no me molesta. En un comienzo y durante mucho tiempo me sentí frustrada por la situación, tanto que cuando mi hijo tenía tres meses le quité el relleno y seguí solo con pecho, amamantándolo cada una hora para alcanzar la producción adecuada para él, siguiendo recetas, consejos y tomando medicamentos como el sulpilan que desde que me dieron el alta me lo recetaron. El resultado de esto fue un mes completo sin relleno, una mamá contenta y un bebé que estaba super bien, pero que no aumentó de peso como correspondía ese mes, entonces tuve que volver, siempre cuidando la cantidad, teniendo límites de cuánto darle para así mantener mi lactancia (nunca le he dado demasiado). Hasta el día de hoy le doy un poco de relleno y pecho en el día y durante la noche sólo pecho cada vez que despierta, lo que para mí es maravilloso dadas las condiciones, sin embargo es necesario decir que no culpo a ninguna madre por no poder hacerlo o por dar lactancia mixta como yo cuando esto se justifica.

Actualmente mi bebé tiene 7 meses y ya ha entrado en la etapa de comer sólidos, por lo que su lactancia es complementada con otros alimentos distintos de la leche y déjenme decirles que va super bien, lo que me hace feliz. Las mamás nos ponemos felices con esas cosas jaja.  

Tal vez si todo comenzará de nuevo tomaría más precauciones y no dejaría que nada afectará mi lactancia, sin embargo amo decir que lo logré y que hasta hoy he logrado mantener la lactancia materna con mi hijo, lo que para mí es muy importante.

Si tú estás en este proceso te deseo el mayor de los éxitos, se que no es fácil, se que no es como una se lo imaginaba al ver a otras mamás que alimentaban a sus hijos y que lo hacían ver todo tan simple, pero también sé que se puede llegar a eso con paciencia, perseverancia y fuerza.

Y si no lograste con éxito esta etapa pese a tus intentos o porque biológicamente no podías, ánimo! Se que igual estás luchando cada día por ser la mejor mamá para tu bebé.

Algunos consejos.

Los horarios del bebé: Ya les comenté lo que ocurría en la clínica cada vez que mi hijo se dormía en el pecho. En relación a ello debo decir que he leído muchos consejos al respecto, la mayoría dicen relación con la importancia de los horarios de lactancia de tu bebé en los primeros días de nacido, dado que no está acostumbrado aún a tomar el pecho, por lo que sólo una vez que se acostumbre un poco más a su vida extrauterina lo puedes alimentar netamente a demanda, o sea cada vez que tu pequeño manifieste hambre, ojo que esto no significa que debes esperar a que llore, sino que existen otras señales como las que te dejo a continuación.

  1. Si tú bebé despierta de su sueño.

  2. Si se restriega mucho los ojos.

  3. Si se acerca a tí como buscando tu pecho.

  4. Si al observar sus manos ves que están en puño, apretadas o tensas. Esto es un consejo que me dió mi asesora de lactancia, ya que si un bebé no tiene hambre tendrá sus manos relajadas o abiertas.

  5. Si lo notas inquieto.

Otras opiniones señalan que en los primeros días debes ofrecer a tu bebé el pecho cada vez que esté despierto, activo o emita sonidos, nuevamente sin esperar a que llore ya que esto es un signo tardío de hambre y de que tiene poca glucosa en el cerebro.

A veces en la práctica algo que pareciera ser tan simple como lo anterior termina siendo un caos, algo que me pasó a mí porque mi hijo tenía un sueño que ni cinco matronas distintas podían quitar. Mi consejo es que en los primeros días intentes alimentarlo cada vez que sientas y puedas. Si el bebé quiere dormir entonces déjalo 10 o 15 minutos más y luego lo vuelves a intentar de forma suave, sin obligar. Pasado ese tiempo vuelve a ponerlo al pecho. Es importante hacerlo porque recuerda que mientras más des pecho, más producción tendrás.

Información:  Estar bien informadas previamente sobre la lactancia materna nos ayuda a tomar las decisiones correctas en el momento oportuno y a no sentir temor sobre cada cosa que va ocurriendo con el pasar de los días. Además estar informadas nos aleja de hacer caso a todo los comentarios que probablemente en ese momento llegarán en oleada.

Sinceramente creo que la información es una parte muy importante del proceso, siempre estar informadas nos ayudará a tener confianza en nosotras mismas y a creer que tenemos potencial suficiente, que somos capaces.

En este sentido una buena opción es leer libros que traten el tema de forma extensa y profesional y buscar talleres de lactancia previos al nacimiento de tu bebé también ayuda.  

Dolor de la lactancia: Para esto hay muchísimos consejos, usar cremas de lanolinas son los más comunes y personalmente creo que pueden ayudarte un poco. Yo usé Lanopure y Lansinoh y las recomiendo.

Otras cosas que pueden ayudar son las duchas con agua tibia o usar cremas a base de matico o caléndula que puedes encontrar en farmacias homeopáticas.

Por último, es importante que trates de que el bebé se acople bien a tu pecho, ya que un mal acoplamiento puede ser causante de heridas en el pezón. Lo correcto es que el bebé tome el pecho abarcando el mayor radio posible, si quedó en mala posición lo mejor es sacarlo del pecho para volver a posicionarlo.  Te puedes dar cuenta de que está mal acoplado porque después de un minuto, mientras el bebé se alimenta el dolor persiste. De todas formas puede que duela porque existen grietas anteriores, en ese caso igual acoplarlo lo mejor posible siempre ayudará a sentir menos dolor.

Sacaleche: Esta aparatito se puede transformar en tu mejor amigo por un buen tiempo y en muchas ocasiones. Mientras intentas el acople correcto, mientras lidias con el rechazo al pecho o por cualquier otra razón que te impida amamantar a tu bebé, el sacaleche será tu mejor opción. En el mercado hay manuales y eléctricos, yo recomiendo este último porque sacar leche demora. Yo una vez la saqué manual sin ningún aparato y fue un largo trabajo.

Paciencia: Como puede que ninguno de los consejos anteriores ni los que otras personas te han dado sirvan efectivamente, lo único que me queda por recomendarte y desearte es paciencia y fortaleza. El proceso de lactancia es un arte que se domina con un poco de tiempo y práctica. más temprano que tarde te habrás olvidado de esta parte del proceso y estarás disfrutando de una lactancia exitosa y hermosa. Por eso ármate de esta virtud. Recuerda que tu hijo la necesita.

¿Que hacer ante la frustración?

Aquí mi consejo para tí es respira, relájate y vuelve a intentar. Si sientes que este sentimiento te supera, detente y vuelve a intentarlo con energía renovada después, ya que a tú bebé lo debes amamantar con tranquilidad, cariño y alegría. Esto era lo que yo hacía, paraba y después de un rato lo volvía a intentar. La idea es siempre conectar con tu bebé desde el amor.

Espero que este post les haya gustado y servido. Estoy atenta a sus comentarios, sugerencias y experiencias que a mí también me enseñan y las dejo invitadas para el siguiente post de “diario de una mamá” donde les hablaré sobre algunas técnicas de lactancia.

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