5 tips para enseñarle inglés a tu bebé
Desde antes de que mi hijo naciera, con Tom (mi marido) teníamos largas conversaciones acerca de cómo lo íbamos a hacer para enseñarle a nuestro hijo español e inglés, para que así aprendiera los dos idiomas desde pequeño.
Como saben mi marido es de Estados Unidos y yo soy chilena, por lo que enseñarle ambos idiomas a nuestro pequeño era realmente importante para nosotros, no sólo para que pudiera comunicarse de forma fluida con ambos y también con las familias de cada uno de nosotros, sino también por los multiples beneficios que reportan los expertos en el aprendizaje de una segunda lengua a temprana edad.
Recuerdo entonces que el día posterior al nacimiento de mi hijo, nuestro ginecólogo nos comentó que él conocía familias en una situación parecida a la nuestra, donde los padres eran de diferente nacionalidad, y que para enseñarle a su hijos ambos idiomas lo hacían de la siguiente manera: Cada uno le hablaba a su bebé en su idioma nativo, entonces así el niño o niña escucharía desde pequeño ambos idiomas y aprendería ambos a la vez, dado que estaría escuchándolos de forma constante y además relacionaría cada idioma con un padre, por ejemplo si la madre habla español y el padre inglés como en nuestro caso, el niño o niña haría la relación del idioma con el padre, entiendo que la madre habla uno y el padre otro.
Nos comentó a la vez que este sistema tenía múltiples beneficios para el niño, entre los cuáles el más destacado es que sería un niño o niña bilingüe, aunque claro, en algunos casos podría demorarse más en comenzar a hablar, pero al hacerlo sabría dos idiomas. De todas formas déjenme decirles que no en todos los casos los niños comienzan a hablar después, por ejemplo en el caso nuestro no fue así, todo lo contrario.
Los beneficios:
Se ha indicado que el estudio del inglés como lengua extranjera a edades tempranas genera numerosos beneficios y en particular se mejora la competencia comunicativa en sí fomentando el aprendizaje de otras lenguas extranjeras. Además se facilita una educación globalizada, fomentando el conocimiento en aspectos socioculturales del idioma que se está estudiando.
Los psicólogos afirman que en estas edades los niños pasan por etapas de desarrollo importantes. "Los niños están en el proceso de pasar del egocentrismo a la reciprocidad, y la información que reciben antes de los 10 años de edad es crítica en estas fases” (Lambert y Klineberg, 1967)
Otra de las ventajas que se obtienen con la enseñanza de una segunda lengua en edades tempranas es la mejora de la pronunciación y entonación de la lengua que se está estudiando. Los niños que empiezan a estudiar otro idioma a temprana edad tienen más oportunidades para desarrollar una pronunciación y entonación muy similar a la nativa de esa lengua.
A su vez cuando se conoce más de una lengua es más fácil aprender otra nueva. Por eso el lenguaje se utiliza como transferencia de habilidades de una lengua a otra experiencia de aprendizaje. Esto dado a que gracias al estudio de lenguas extranjeras los niños comienzan a ver el lenguaje como un fenómeno en su mismo y percibiendo el lenguaje y los objetos que lo componen como independientes unos de otros, comprobando además, que hay muchas formas de referirse a un objeto.
Por otro lado sí se aprende a edad temprana se mejora de la pronunciación y entonación de la lengua que se está estudiando. Los niños que empiezan a estudiar tienen más oportunidades para desarrollar una pronunciación y entonación muy similar a la nativa de esa lengua.
Por su parte el estudio de una lengua extranjera a edades tempranas genera en el niño a nivel personal numerosos beneficios ya que se aprende también sobre otras culturas, la del idioma que está aprendiendo, por lo que mejora su competencia comunicativa y en este caso en otras lenguas.
¿A qué edad partir?
Muchos expertos dicen que la mejor edad oscila entre los 3 y 6 años. Sin embargo si atendemos a los factores positivos que facilitan el aprendizaje de una segunda lengua en estas edades, también vemos como no es negativo empezar aún antes, incluso puede resultar muy beneficioso en varios aspectos.
Los tips.
1- Crear una rutina: Otro consejo que les puedo dar es crear una rutina diaria dónde al menos se le dediquen 30 minutos al estudio del inglés u otra lengua que ustedes decidan. Esto es importante porque se relaciona con el tip anterior, que es ser muy repetitivo.
En este rato pueden por ejemplo cantar canciones en inglés, repasar algunas palabras, o realizar alguna lectura bilingüe. La idea es que lo hagan entretenido para que no sea algo aburrido ni para ti ni para tu hija o hijo.
2- Apps para aprender inglés y programas para niños en inglés: La verdad es que yo no soy muy amante de la tecnología ni de la televisión, al contrario creo que mientras menos de esto mejor, sin embargo sí las aplicaciones les gustan, o sí su hijo ve algunos minutos de televisión al día, lo mejor en el caso de querer aprender inglés es invertir este rato en aplicaciones y programas que enseñen inglés, o que por lo menos le sirva para internalizarlo de mejor forma.
Aquí les puedo recomendar 3 apps de inglés para niños que son bastantes buenas: Lingokids, Duolingo y Easy Peasy.
Y dentro de los programas para niños les puedo recomendar: Blippi (con sus capítulos en versión en español latino e inglés), los australianos de Bounce Patrol con sus pegajosas canciones y carísmáticos personajes, el más conocido Cocomelon y uno de canciones infantiles entretenidas llamado Super Simple songs. Todos los pueden encontrar en Youtube.
Algo interesante que se puede hacer al menos con Blippi es poner sus capítulos tanto en inglés como en español y así practicar la memoria tanto nosotros como los niños.
3- Lectura: Esta es una de las actividades favoritas de mi hijo. Es muy fácil, no crean que les voy a decir que hagan una lectura de un cuento gigante en inglés, no, sólo se trata de que con un libro infantil cualquiera, ya sea en español o uno bilingüe, vayan nombrando lo que ven en los dos idiomas y vayan haciendo que sus hijos lo repitan después de ustedes. la idea es que sean palabras cortitas de objetos o colores y con eso vayan trabajando la memoria de sus hijos.
Si les interesa ver algunos libros bilingües, en la Feria Chilena del Libro pueden encontrar algunos bastantes buenos. Pueden verlos aquí.
4- Nombrar objetos y verbos en inglés y español: Lo más fácil de nombrar en los dos idiomas de forma constante son los colores, los números, las vocales y las partes del cuerpo. Esto porque son cosas que las mayoría conocemos y podemos comenzar a hacerlo desde ya.
Luego de esto también se pueden escribir una lista de verbos básicos y de objetos que tengamos en nuestra casa como por ejemplo silla, mesa, sillón, refrigerador etc. y en caso que no tengamos tiempo de memorizarlos, podemos pegarlos sobre el objeto, para que así cada vez que lo observemos vamos repitiendo a nuestros hijos sus nombres.
Ojo no importa si no conocemos muchas palabras o frases en inglés, eso se aprende, lo único importante es pronunciar lo que sepamos bien, porque sí lo hacemos mal nuestros hijos lo aprenderán mal porque tiene una memoria increíble como ya sabemos.
5- Mucha constancia: Este personalmente creo es el más importante de todos los consejos porque la verdad es que sin constancia será muy difícil aprender en general y en específico un nuevo idioma, porque no es algo que no practiquemos tanto en general, entonces requiere del doble del esfuerzo.
¿cómo lograrlo? La clave es repetir, repetir y repetir. Esta es una buena forma de aprender o por lo menos así nos ha resultado a nosotros, ya que si bien Tom es extranjero, no serviría de nada si él no estuviera hablándole de forma constante en su lengua materna. Por eso lo importante es todos los días repetir las palabras y frases que más conocemos pasando por los colores, las números, las frases que aprendimos en el colegio como el clásico “Hello, how are you?, y con ello enseñarle a sus hijos que las cosas tienen más de un sólo nombre, ya que existe más de un idioma. Ellos aprenderán muy rápido.
Referencias: El inglés mejor a edades tempranas
Vanessa Álvarez Diez.